Coordinación



Desayunamos estos días pegados a las noticias sobre el trágico terremoto que ha sacudido Haití (¿por qué siempre son castigados doblemente los más desfavorecidos? el 80% de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza), los datos, las cifras, las tareas de rescate, las imágenes, los gritos. Ante este tipo de catástrofes surge rápidamente la solidaridad de todos los países, solidaridad que por otro lado suele ser más perezosa en cuestiones del día a día sobre desigualdades sociales, violaciones de derechos humanos, hambre o infancia.

Sea como sea y por fortuna parece que el sufrimiento masivo toca lo más profundo del ser humano como raza y despierta un interés generalizado por ayudar y aportar. Todos queremos poner nuestro grano de arena, los ciudadanos, las ONG's, los gobiernos, los medios de comunicación, la ONU. Comida, ropa, dinero recolectado alrededor de todo el planeta. Y es en este momento en el que surge la reflexión, si al fin y al cabo, cualquier empresa necesita los mismos elementos para llegar a buen puerto (entiéndase la acepción de personalidad jurídica o la de tarea importante a realizar que requiere una serie de esfuerzos, da igual). Lo que parece tan fácil como recolectar y entregar a quien lo necesita está fallando en el último eslabón de la cadena: las cajas amontonadas en el aeropuerto y en naves, no pueden ser distribuidas inmediatamente porque falta coordinación.

Tenemos a buena parte de la humanidad aportando recursos humanos y materiales, a los dirigentes de los países punteros en el panorama económico, tecnológico y empresarial, y finalmente lo que acaba fallando es la coordinación.

Esperemos que pronto se solucione, se aprenda de los errores y Haití pueda recobrar su débil pulso lo antes posible. (Ayudas)

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